Desde que tengo uso de razón que siento verdadera fascinación por todo lo que rodea y representan los Estados Unidos más allá del tópico donde todo es posible si uno se lo propone. Una especie de llamada interna que me hace sentir en casa cada vez que los visito y que no he experimentado en ningún otro lugar del planeta.
En un primer episodio, durante la infancia y la adolescencia jugó un papel protagonista el cine y sobretodo los westerns con sus paisajes característicos, las historias de pioneros, indios, soldados de caballería, tramperos, búfalos, montañas, desiertos y polvo…lugares que el hombre no había pisado jamás y en consecuencia con una épica vinculada a lo desconocido.
Posteriormente, el influjo de la música en toda su variedad de expresiones personificadas en el blues, el rock ‘n’ roll, el country, el jazz o el folk contribuyeron a hacerme viajar en la distancia hasta alcanzar destinos insólitos.
Finalmente, el hechizo de la literatura y toda su fuerza implícita con infinidad de autores y títulos de todo tipo colocó la guinda al pastel. Un pastel cuyos ingredientes están conectados y nada es casual dado que los vínculos se refuerzan a medida que se conocen mejor.
El poder visitar estos escenarios mágicos y comprobar en primera persona la sensación de libertad absoluta y la hospitalidad de sus gentes junto la necesidad de un cambio significativo en mi vida consolidó definitivamente este proyecto que espero que de alguna forma también sea el vuestro.